El siguiente artículo se publicó en Nutrinfo.com por Sergio Britos:
La semana pasada se realizó en Roma la última cumbre sobre Seguridad Alimentaria Mundial, en un contexto de honda preocupación por el aumento de precio de muchos alimentos básicos, situación que afecta particularmente a casi cuarenta países, especialmente en Africa y Asia, en los que organismos como la propia FAO y el Banco Mundial ya avierten posibles focos de revueltas a causa de la inseguridad alimentaria.
Mientras tanto, otros países, con excedentes alimentarios tienen en esta situación una oportunidad estratégica de abastecer a un mundo con una fuerte demanda por alimentos, a la vez que contribuir a cierto equilibrio en los precios, en la medida en que aumente la oferta de esos productos.
Sin embargo, en ese contexto, que podría ser particularmente favorable para nuestro país, el Gobierno continúa enfrascado en la prolongación del conflicto con el sector más dinámico y competitivo de la economía argentina, el campo. Cuando podríamos como paíes beneficiarnos por el contexto global, a la vez que contribuir a la solución del problema de inseguridad alimentaria, desaprovechamos una nueva oportunidad.
Por lo demás, en el contexto interno, ninguna de las medidas que ha tomado el Gobierno, so pretexto de moderar la inflación alimentaria doméstica, ha sido exitosa, como lo demuestra el acelerado crecimiento de los precios de alimentos.
En síntesis, las medidas que vienen adoptándose en los últimos tres años no solo no contribuyen a nuestra propia situación de seguridad alimentaria, sino que conforman un fuerte desaliento al sector agroalimentario, en un contexto global en que son más que necesarias otras políticas, de aliento y aumento en la producción alimentaria.
El diario Clarín aporta una interesante visión grobal sobre la crisis de los alimentos, cuya lectura recomendamos.
Sergio Britos
La semana pasada se realizó en Roma la última cumbre sobre Seguridad Alimentaria Mundial, en un contexto de honda preocupación por el aumento de precio de muchos alimentos básicos, situación que afecta particularmente a casi cuarenta países, especialmente en Africa y Asia, en los que organismos como la propia FAO y el Banco Mundial ya avierten posibles focos de revueltas a causa de la inseguridad alimentaria.
Mientras tanto, otros países, con excedentes alimentarios tienen en esta situación una oportunidad estratégica de abastecer a un mundo con una fuerte demanda por alimentos, a la vez que contribuir a cierto equilibrio en los precios, en la medida en que aumente la oferta de esos productos.
Sin embargo, en ese contexto, que podría ser particularmente favorable para nuestro país, el Gobierno continúa enfrascado en la prolongación del conflicto con el sector más dinámico y competitivo de la economía argentina, el campo. Cuando podríamos como paíes beneficiarnos por el contexto global, a la vez que contribuir a la solución del problema de inseguridad alimentaria, desaprovechamos una nueva oportunidad.
Por lo demás, en el contexto interno, ninguna de las medidas que ha tomado el Gobierno, so pretexto de moderar la inflación alimentaria doméstica, ha sido exitosa, como lo demuestra el acelerado crecimiento de los precios de alimentos.
En síntesis, las medidas que vienen adoptándose en los últimos tres años no solo no contribuyen a nuestra propia situación de seguridad alimentaria, sino que conforman un fuerte desaliento al sector agroalimentario, en un contexto global en que son más que necesarias otras políticas, de aliento y aumento en la producción alimentaria.
El diario Clarín aporta una interesante visión grobal sobre la crisis de los alimentos, cuya lectura recomendamos.
Sergio Britos
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